¿Pagar una fortuna por una planta? Parece exagerado… pero en la Inglaterra victoriana, tener una orquídea exótica era casi como tener un Picasso en el salón. Bienvenidos a la orquideomanía, la fiebre floral más intensa de la historia.

Una locura con aroma tropical

Todo empezó con una orquídea tropical que floreció por sorpresa en un invernadero londinense en 1818. En cuestión de semanas, las clases altas británicas ya estaban obsesionadas con estas flores tan elegantes, raras y difíciles de conseguir. Tener una orquídea era símbolo de lujo, sofisticación… y buen gusto.

Lo que antes era cosa de reinas y exploradores ahora es más fácil (¡y sin cruzar el Amazonas!). Hoy en día puedes tener una preciosa planta de orquídea en casa sin jugarte la vida en la selva.

Cazadores de flores y rivalidades peligrosas

Durante el siglo XIX, hubo auténticas expediciones por Asia y América para encontrar nuevas especies de orquídeas. Los cazadores de orquídeas recorrían miles de kilómetros por la jungla con un solo objetivo: volver con la flor más extraña que nadie hubiera visto jamás.

La competición era tan salvaje como las zonas donde buscaban. Había sabotajes entre rivales, robos de plantas e incluso duelos. Sí, todo por una flor. Cosas de la historia.

Las orquídeas hoy: belleza sin drama

Por suerte, hoy no hace falta vivir una novela de aventuras para disfrutar de una orquídea en casa. Si buscas ese punto exótico y elegante que lo cambia todo, las plantas de orquídea siguen siendo una elección top.

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¿Una moda pasajera? Más bien un flechazo eterno

Aunque la orquideomanía como tal pasó de moda, las orquídeas nunca dejaron de enamorar. Siguen siendo una de las plantas más regaladas y valoradas del mundo. Si a ti también te tienen el corazón robado, no estás solo: llevamos siglos cayendo rendidos ante su encanto.

Fuentes consultadas:

• Muy Interesante: La fiebre por las orquídeas en la época victoriana

• Wikipedia: Orquideomanía